Palestina e Israel, triste historia, peor realidad.

El conflicto entre el Estado de Israel y el de Palestina, está lejos de acabar o de menguar. Después de las últimas elecciones en los dos estados de Oriente Próximo, las relaciones entre ambos está más deterioradas que nunca. El gobierno de la ANP elegido democráticamente por sus ciudadanos no es reconocido por sus vecinos (y opresores), el Estado de Israel no es reconocido por Hamás. En los últimos días ha sido secuestrado un soldado israelí (para ser usada su liberación, como trueque con presos palestinos), esto ha sido usado de pretexto por el gobierno de Olmert para emprender una actuación de castigo, contra los dirigentes de Hamás (han arrestado a diez ministros y a varios diputados), y en especial contra el pueblo palestino (siendo bombardeadas diariamente Gaza y Cisjordania, destruyendo centrales eléctricas, prohibiendo la libre circulación de ciudadanos...). Por otro lado EE.UU. y la UE han condenado el secuestro del soldado israelí, pero no hemos escuchado palabras de condena hacía las acciones de guerra lanzadas por el gobierno de Olmert, ni rechazo a este atentado contra los derechos humanos. Los ciudadanos europeos y nuestros gobiernos no podemos seguir mirando pasivamente lo que ocurre en Oriente Próximo. No podemos permitir que Israel siga usando su "fragilidad" ante los ataques de ciertos grupos palestinos, para justificar cualquier acción armada. No podemos ni debemos permitir este atropello hacia los derechos humanos que se comete a diario. No debemos olvidarnos del sufrimiento de los ciudadanos y ciudadanas palestinos. Ciudadanos y gobiernos debemos hacer escuchar nuestra voz, condenar estos actos y ofrecer cualquier opción que salde el conflicto, con una solución pacífica y nada favorable o benevolente con Israel. No dejemos que el pueblo palestino sufra, mientras el viejo continente se mira al ombligo y continua con su pasotismo y sumisión en política exterior.

JONA.