La igualdad y la inmigración

Hace ya algunos días desde el Ayuntamiento de Vic se levantaba la polémica, al plantearse el gobierno municipal la posibilidad de negarle el derecho a empadronarse a los inmigrantes en situación irregular. Y con ello asomaba el fantasma de la xenofobia y el germen de la intolerancia.

En Vic el partido ultraderechista y racista Plataforma per Catalunya (PxC) tiene su importante feudo (con cuatro regidores) y desde hace años el partido de Josep Anglada ha intentando inculcar un discurso basado en el miedo al inmigrante.

Finalmente el discurso de PxC ha conseguido calar en la mentalidad política y social del alcalde de Vic y de los regidores que apoyan su gobierno.

Tanto las formaciones políticas como la sociedad en general debemos entender que la inmigración no ha de suponer un problema, sino que debemos verla como una oportunidad para que nuestras sociedades sigan avanzando, como una manera de conseguir que nuestras sociedades sean más plurales, más ricas en valores…

Desde los ayuntamientos y desde los partidos políticos se ha de luchar para conseguir que nuestras ciudades y pueblos estén cohesionados socialmente, que los valores de la tolerancia, la convivencia y el respeto no corran peligro.

Además un órgano municipal no puede negarle el padrón a ninguno de sus ciudadanos (independientemente de su situación legal), ya que estaría yendo en contra de la legalidad vigente y estaría privando de los derechos básicos (sanidad, educación…) a un colectivo en concreto, creando ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda.

A raíz de lo ocurrido en Vic, miembros de la cúpula de UDC (Annabel Clar, regidora de L’Hospitalet, entre ellos) han defendido el modelo de integración de Vic en contraposición del que dejó Celestino Corbacho en L’Hospitalet, donde según ellos se han creado guetos.

La ciudad de L’Hospitalet no tiene nada que ver con Vic (ni en su tamaño ni en su realidad sociológica) y desde nuestro municipio se lleva años trabajando para conseguir una total integración de la inmigración que durante años ha llegado a nuestra ciudad.

Desde hace años los colegios, los barrios, los lugares de trabajo…se han convertido en lugares donde la población inmigrada y la población autóctona conviven e interactúan sin ningún tipo de problema, creando entre todos una sociedad cohesionada, acogedora, diversa e intercultural.