jueves, noviembre 16, 2006

¿De quién son las víctimas?



España, en su más reciente historia, desgraciadamente ha sufrido la plaga, el acoso y la maldición del terrorismo. Una de las consecuencias más claras y directas de este, son las víctimas y familias inocentes, que por luchar por sus ideales, por expresarse libremente, por no estar de acuerdo con la mordaza del terror... fueron sesgadas sus vidas, sus esperanzas, sus luchas, sus ilusiones.

Actualmente nos encontramos en pleno proceso de paz (con las inherentes dificultades, que este implica). Este proceso es importante para toda la sociedad española, para las víctimas y para aquellos que no lo han sido.

La AVT (autoproclamada asociación de todas las víctimas del terror de ETA) en dirección (y manipulación) de su presidente, se ha manifestado en contra de este proceso, se ha manifestado no en contra de ETA, sino en contra del Gobierno español (elegido legítima y democráticamente). El próximo día 25 vuelven a manifestarse, desde su página web, hay una cuenta atrás y un manifiesto en contra del Gobierno.

El compañero Eduardo Madina (víctima de un atentado injusto e injustificable), defensor del proceso de paz, participó como testigo en el juicio de los miembros de ETA; Iker Olabarrieta y Asier Arzallus. En ese juicio no había ningún representante de la AVT (¿tal vez Madina no sea lo suficientemente víctima, para que esta le apoye?). En ese juicio Madina dio una lección de coraje, de lucha, de esperanza.

Volviendo a la pregunta del título. Las víctimas no son de nadie y las víctimas son de todos. Por eso mismo ningún medio, ningún partido, ningún personajillo (como Alcaraz) deben usar su nombre, su recuerdo, su sufrimiento. Por eso mismo toda la sociedad, debe luchar por la esperanza (como Madina nos demostró) de conseguir que no haya más víctimas, que por aquello que lucharon muchos no se olvide, por conseguir la paz y la libertad.


NOTA: Desde aquí mi más sincero apoyo a Madina, y a aquellos que defienden ante todo (sin sentimientos vengativos) la libertad, la paz y los derechos