Solo

El pasado jueves se celebró una sesión del Consejo de Estado, donde se aprobó el proyecto de informe sobre 4 modificaciones de la Constitución (sucesión de la corona, referencia a las comunidades autónomas y la Unión Europea, y hacer del Senado una verdadera cámara de representación territorial).
En la sesión plenaria, el ex-presidente Jose María Aznar exigió (como es habitual en él) que este órgano diese su opinión contraria a la modificación de la Constitución. Aznar se quedó solo en sus planteamientos (aunque obtuvo el apoyo de José Luis Manzanares Samaniego, que luego votó a favor del informe), ya que 24 de los 25 consejeros votaron a favor.
El señor Aznar ha intentado trasladar sus ánsias partidistas a éste órgano consultivo, intentado así instrumentalizarlo, para seguir con la política de derribo y acoso al gobierno del PSOE.
Aznar ha vuelto a quedarse solo en sus ideas, en su visión de la vida política,en su visión de las instituciones democráticas, como en muchas otras ocasiones (recordemos la tremenda soledad, del "emperador" español en su postura ante la guerra de Irak).
Pero en el fondo, no está tan solo, tiene el apoyo y el respeto de sus militantes. Ayer en una de esas fátuas recogidas de firmas que organiza el PP, le vitorearon sus "fieles" a la voz de "Presidente, presidente" y le pidieron que volviese a dirigir el partido. Yo si fuese Rajoy estaría temblando ante la posibilidad de ese retorno, que seguro que es lo que esperan esos hombrecillos, llamados Ángel Acebes y Eduardo Zaplana, para dar rienda suelta a su odio hacia todo y todos aquellos que no comulgamos con sus ideas.
Aznar ha encontrado en la soledad de sus planteamientos, la fidelidad de unos pocos, la desaprovación de muchos y su propia autosatisfación, creyéndose el gran estadista incomprendido que quiso haber llegado a ser.

JONA.